19 sept 2015

Leyendas que sostienen piedras

Se da por hecho que el patrimonio monumental se compone de piedras, sillares y tejas. El turismo contradice esta creencia. Las piedras importan poco si no hay detrás una leyenda. Son las leyendas la que sostienen el patrimonio, no el patrimonio el que sostiene las leyendas. Hay castillos que conservan su estructura casi completa y siguen siendo invisibles y hay otros, como el de Polop de la Marina, del que no queda prácticamente nada excepto el aljibe. Su castillo fue desmontado, hundido y terminó siendo cementerio. Pero a la vuelta de los siglos convoca al turismo desde la memoria de lo que fue.
Es prodigioso el partido que le han sacado en el pueblo alicantino a esas ruinas. Por allí pasó algún día con canotier y bastón el escritor Gabriel Miró. Le tomaron unas fotos hablando con el enterrador, hurgando con el bastón en alguna rendija. Con esas fotos semiborrosas, agigantadas, y unos cuantos destellos de la prosa del escritor, se ha creado una historia sugerente. Miró se inspiró en el operario para construir el personaje de uno de sus libros. El cementerio se cerró en 1945. Había en él panteones de familias egregias cuya titularidad se fue desdibujando. Al cabo, lo que verdaderamente queda es la tumba de un forastero que se suicidó en Polop. El operario lo enterró en el rincón más recoleto, sin añadirle siquiera una cruz. Un relieve de piedras que cubre los restos de un desconocido del que no se sabe ni el nombre. Pero los años le han dado la vuelta a lo interesante y el misterio de aquel suicida resulta más sugerente que las insulsas certezas de los próceres locales. Así es como se comporta la historia mercantilizada, el turismo, y así es como una leyenda renueva unas piedras marchitas hasta sacarles brillo. Desde la puerta de la iglesia, también remozada, hasta el castillo, el antiguo sendero está asfaltado y amenizado con ilustraciones de la subida al Calvario. Hay hasta un bar en un recodo, para refrescarse y reponer energías durante la subida. La historia, desgranada en capítulos a lo largo del camino, es lo único que queda del castillo. La leyenda que sostiene las piedras, y si hace falta se las inventa.


2 comentarios:

  1. No está mal pero, me gusta más cuando escribes sobre cosas de Chinchilla. Un saludo.

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  2. Hola, P.C.G. Te agradezco que me leas y que me digas que no te parece mal. También que me confieses que te gusta más cuando hablo de Chinchilla. No renuncio a seguir contando cosas de Chinchilla. Pero he tenido que cambiar la cabecera de la columna porque llevo tres años y más de 125 artículos de Chinchilla y es muy complicado ya encontrar una nueva aproximación al mismo tema todas las semanas. Pero, como te digo, estoy abierto a que surjan. Gracias otra vez. Arturo

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